jueves, 1 de agosto de 2013

El melón

                                                                         

                                                                        

       El melón, una fruta rica y saludable


Cristóbal Colón introdujo esta fruta en el continente americano. En aquella época su tamaño no era mayor al de una naranja, pero a lo largo de los siglos se han expandido tanto en tamaño como en tipos. Las variedades de melón que se encuentran en nuestro país son: Futuro, Categoría y Piel de sapo, todas se caracterizan por poseer frutos uniformes en cuanto a calidad y producción, alargados y con un peso comprendido entre 1,5 y 2 kilos.

La pulpa del melón es blanca amarillenta, compacta, crujiente y muy dulce, aunque poco aromática. La corteza es de color verde, y muy fina, en ocasiones reticulada. Las tres variedades albergan en su cavidad central centenares de semillas de color amarillo pálido. Su sabor es dulce y refrescante.

Los melones pertenecen a la familia de las Cucurbitáceas por lo que en realidad son verduras. De allí su característico sabor a pepino cuando aún están verdes.

En el mercado es conveniente escoger los melones que sean duros y sin marcas. Los que tienen la piel muy verde han sido recogidos antes de tiempo. Cuando están maduros tienen un olor dulce y delicado muy peculiar; sino tienen fragancia hay que dejarlos madurar a temperatura ambiente durante unos cuantos días. 

Valor nutricional

El 80 por ciento de la composición del melón es AGUA, y las escasas calorías (52,4 por porción) que aporta se debe a su contenido moderado de azúcar. La cantidad de betacaroteno, de acción antioxidante, depende de la intensidad del pigmento anaranjado en la pulpa. Los minerales que aporta en mayor cantidad son el potasio, el magnesio y el calcio, este último de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos.

La vitamina C tiene acción antioxidante, al igual que el betacaroteno. Dicha vitamina interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. El betacaroteno se transforma en vitamina A según lo necesite nuestro organismo. Esta vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.

El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos, y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. 

Saludable aporte

El melón, fruta que puede comerse casi todo el año, es un hidratante ideal, con la ventaja de su bajo aporte calórico, por lo que se puede comer en la cantidad deseada sin temor a ingerir exceso de calorías o de azúcares. Debido a esto está indicado en dietas de control de peso y dietas para el control de la diabetes. Además las semillas del melón son pectorales y antiespasmódicas. En el tratamiento de la bronquitis crónica, se recomienda ingerir la horchata hecha con las semillas del melón. En caso de cistitis y cólicos nefríticos, esta misma horchata sirve para calmar el dolor y la irritación de las vías urinarias.




 Pero definitivamente el melón es el mejor de los postres,
tanto solo como acompañado de otras frutas frescas resulta exquisito.
¡Coma melón!

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